Corrió, corrió...
Calles, caminos, calzadas...
Persiguió el Sol allá donde se escondía.
Jamás vería ya la Noche, siendo la Luna una desconocida para sus ojos.
Quemados. Fatigados. Viejos. Olvidados...
Sus ojos...
Vidrio y agua. Esmeraldas y azabache.
Agua, esmeraldas...
Sueña. Sueña que sueña. Soñando. Llorando. Riendo.
Sintiendo...
Sus ojos...
Sus labios...
Su cuello...
Sus pechos...
Sus piernas, su espalda, su vientre...
Su sangre.
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