domingo, 13 de junio de 2010

Penne rigate (Iker Oiarzabal)

Ahí estaba yo. Junto con mis hermanos pasando las vacaciones en un balneario.
El viaje había sido horrible: apretujados en un estrechísimo vagón que daba increíbles bandazos en todas direcciones.
Llegamos molidos hasta los huesos, pero, afortunadamente, nos esperaba una estupenda sesión de baño termal. Nos pusieron laurel, algo de ajo y una extraña sal de baño. El agua hervía cuando nos sacaron. Para secarnos usaron un curioso e ingenioso aparato lleno de pequeños agujeros por los que se escurría toda el agua que nos cubría.
Después tuvimos baño de lodo. Era un barro peculiar, de un tono rojo sanguinolento. Tenía muchos grumos y deformaciones e incluso sabía bien.
Nos dividieron en estancias más reducidas y me dispuse a dormir. Pero, al poco, sentí como alguien me punzaba fuerte junto a algunos de mis compañeros de habitación. Me vi atrapado por cuatro fuertes púas que me dirigían hacia una enorme abertura donde no se veía luz alguna. Una fuerza desconocida me empujó hacia abajo, por un estrecho canal. Caí de golpe en un gran espacio cerrado y blando. Aturdido y dolorido intenté moverme, pero el terreno era demasiado irregular y fofo, por lo que me hundía constantemente.
Opté por descansar, sin lograrlo pues no mucho después aparecieron unos extraños seres sumergidos en un líquido viscoso, del que salían rarísimos sonidos desquiciantes. Se abalanzaron sobre mí y me cubrieron por completo. Perdí la sensación de tiempo. Cuando volví a la consciencia estaba resbalando por otro canal un poco más ancho. Finalmente vi la luz. Caí de golpe en una charca de agua sucia y maloliente. Una descarga de agua limpia me empujó de nuevo hacia abajo por nuevos canales más resistentes hasta que fui a parar a una enorme masa de agua espumosa. Floté y floté por esta masa hasta que cedió su ritmo. Súbitamente, se produjo un cambio en su sabor. Pasó de la insipidez a una fuerte y desagradable sensación de arcada. No podía tragarla, pues me moría de asco.

Aún sigo flotando en esta masa, sin saber exactamente donde estoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario