lunes, 14 de junio de 2010

Tripear (Sergio Bueno)

Un plátano azul emerge de una cascada de rizos multicolores. Una gaviota se come una montaña mientras arrastra un oso entre sus plumas.
El mar corta los huesos. Nacen y mueren serpientes de miel y naranja. Nieva fuego líquido de un agujero sin brillo. Los ojos cerrados del amanecer fluyen nauseabundos entre muñones y cuadros.
Una peluca blanca. Siento dientes sobre mi alma y mis piernas.
Susurros afloran entre vallas encaladas. Pómulos hechos jirones se abalanzan sobre los niños.
Viajo sin timón y sin velas, a bordo de una avellana y con una piña por mástil. La brújula marca la fecha. La luz sirve de falso camino.
Lentes me observan por encima de las rodillas. Una plancha me prepara un suntuoso banquete de perejil y consomé. La quijada de un asno me sonríe sarcásticamente. Los puntos de mi frente se desmembran, escupiendo batido de fresa por doquier.
Fantasías bisexuales ocupan el ocio de reverendos. Los monaguillos sufren gonorrea en aras del placer ajeno. “Amarás al prójimo como a ti mismo”.
Todo...
Todo...
Todo.

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